Del aburrimiento...

me aburri de todo
de la vida
de los sinsabores y las alegrias
de los gestos nobles y triacioneros

me aburri del ser humano
y algunos animales
del silencio y la bulla
de caminar y esperar sentado

me aburri de hablarte y que tu me escuches
de quedarme callado y escucharte
me aburri de la musica sin sentido
y la que tambien lo tiene

me aburri de todo
de tener nada y todo
de ver las aves volar y no poder acompañarlas
me aburri del león y su ocio,
de la leona y su dedicada vida
del perro gaurdian y el callejero

que aburrido estoy
y hasta escribir ya me aburre

No lo sé

Te veo, te hablo,
pero no sé qué decirte
rebusco en mi baúl de palabras,
mi diccionario de gestos
y mi enciclopedia de letras,
sin embargo no aparece frase alguna en mi boca,
ni en mis dedos.

Tú ahí con tus gestos preciosos
mirada curiosa, un collar adornando tu bello pecho
y una vincha recorriendo traviesa tu cabello negro
luces en la distancia que se opacan ante tus ojos.

Yo aquí, escribiendo,
razonando, preguntando ante tu silencio
no lo sé.

bi

Dos presencias hay en ti:
la que me inquieta el estómago y pulmones
la que entretiene a mis neuronas con sus palabras.
Y la otra,
esa que cambia de verso en cada momento
que no habla de amor sino de recuerdos,
de silencios en momentos de quietud,
de bulla en medio del escándalo.

Ambiguas ambas,
presentes y ausentes
como demonio y santo juntos
y separados por tus gestos.

No eres única,
hay dos que me hablan al mismo instante,
que callan también,
la voz que habla de un beso
la otra voz que no lo hace.

No eres animal geminiano
ni hidra de dos cabezas,
pero tal vez eres arlequín que cambia de máscara,
por momentos eres risa
en otros seriedad.

Y estás ahí o mejor dicho
están tus dos seres ahí,
mirando y callando
sin ver y hablando.

En vano

Si te pido un beso de nuevo
sé que será en vano
porque tu vientre pertenece a otro
y tus abrazos ya tienen otro dueño.

Si te pido un abrazo de nuevo
sé que será en vano
tu boca menciona otro nombre
y tus dedos ya se enrriedan con otros cabellos.

Si te pido de nuevo
recorrer tu cuerpo desnudo
gozar de tus montes
entretenerme con tus socavones
será en vano.

Porque ya otro mezcla su sudor con el tuyo
ya otro es dueño de tu alma y
ya otro sabe hacer vibrar tu espíritu
cada noche, cada tarde y día.
En vano es decirte siquiera te quiero
porque otro te dice te amo.

Dejé mi ser

Perdí mis ojos azules en el mar inmenso
y los verdes en la copa de los árboles,
de a pocos, así, comencé a perder mi humanidad,
a perder cualquier accesorio de mi vida.

Extravié mi amor en un camino,
mi odio por la ruta del destino,
y cualquier sentimiento, ahora añorado,
no es más que un anexo de mi cuerpo ya maltrecho.

Olvidé mil cosas en la mochila,
así como pocas dentro de mis bolsillos,
incluso el papel con el nombre de quien amo,
y hasta sus besos los dejé tirados por la vía.

Y en mi caminar... recojo frutas para mi alimento
agua del río para mi sed
pies nuevos para andar
y manos frescas para apoyarme.

Reemplazo mi cuerpo por un árbol
me disfrazo de ave para moverme,
no soy quien escribe,
es algo sin nombre,
dejé de ser un día,
y recién hoy me doy cuenta.

Tu existir

Te destruyo sin muchas complicaciones
con la facilidad de un dios al barro
sin más problemas que mi mano
a un papel húmedo.

Dejas de existir en mi mente
como una neurona en un golpe
como el recuerdo ante algo
recientemente aprendido.

Ahora no eres más que un número
una foto pegada en cualquier muro
exhibiendo tu desnudo ser
mostrando tus falencias vivientes.

Ya no vives dentro de mis memorias
vagas por la playa como una gaviota sin rumbo
como la ola que solo vive para estrellarse en la arena
como el cangrejo destinado a la olla.

Ahora eres sólo una nube
sin peso ni forma
y necesitas del viento para vivir,
necesitas de mi aliento para soñar,
necesitas de mi imaginación para transformarte.

Tu sonrisa

Me compro cada día una máscara
para ocultar el rostro falso que tengo
para mostrarme algo más sincero
para que no me veas.

Me maquillo todo de negro
sin ojos ni boca
para evitar verte o hablarte
no quiero engañarte.

Y me quito la sonrisa del rostro
para que tu
no te pongas las lágrimas
para que no cojas pañuelo alguno en tu vida

Son mudo y ciego
pero no sordo ante tu deseado pedido
prefiero el hambre
a que no haya pan en tu cuerpo.

Y si la sed quiere hacerse presente
que se mi lengua la seca
mientras tus labios rebosen de líquido
y duermas luego
sin prisa ni sobresalto.